viernes, 24 de septiembre de 2010



OSANIA DA UNA HOJA PARA CADA ORIXÁ
Osania, hijo de Naná y hermano de ogun, era el señor de las hojas, de las ciencias y de las hierbas, el Orixa que conoce el secreto de la cura y el misterio de la vida.
Todos los Orixas recurrían a Osania para curar cualquier molestia, cualquier mal del cuerpo.
Todos dependían de Osania en la lucha contra las dolencias.
Todos iban a la casa de Osania a ofrecer sus sacrificios.
A cambio, Osania les daba preparados mágicos:
Baños, tés, infusiones, pomadas, abó, brebajes.
Curaba los dolores, las heridas, las hemorragias, las disenterías, las hinchazones y fracturas;
Curaba las pestes, fiebres, órganos corrompidos, limpiaba la piel purulenta y la sangre pisada;
Libraba al cuerpo de todos los males.
Un día Xangó, que era el dios de la justicia, juzgó que todos los Osania deberían compartir el poder de Osania, conociendo el secreto de las hierbas y el don de la cura.
Xangó sentenció que Osania dividiese sus hojas con los otros Orixás.
Mas Osania se negó a dividir sus hojas con los otros Orixás.
Xangó entonces ordenó que Iansá soltase el viento y trajese a su palacio todas las hojas
de los bosques de Osania para que fuesen distribuidas a los Orixás.
Iansá hizo lo que Xangó determinó.
Generó un huracán que derrumbó las hojas de las plantas y las arrastró por el aire en dirección al palacio de Xangó.
Osania percibió lo que estaba aconteciendo y gritó:
Ewe assa!
Las hojas funcionan!
Osania ordenó a las hojas que volvieran a sus bosques y las hojas obedecieron las órdenes de Osania.
Casi todas las hojas retornaron a Osania.
Las que ya estaban en poder de Xangó perdieron el assé, perdieron el poder de curar.
El Orixá Rey, que era un Orixá justo, admitió la victoria de Osania.
Entendió que el poder de las hojas debía ser exclusivo de Osania y que así debía permanecer a través de los siglos.
Osania, a pesar de todo, regaló una hoja a cada Orixá, dio una ewe para cada uno de ellos.
Cada hoja con sus assés y sus ofós, que son las cantigas de encantamiento, sin las cuales las hojas no funcionan.
Osania distribuyó las hojas a los Orixás para que ellos no lo envidiasen más.
Ellos también podían realizar proezas con las hierbas, más los secretos más profundos los guardó para sí.
Osania no cuenta sus secretos a nadie, Osania ni habla.
Habla por él su criado Aroni.
Los Orixás quedaron agradecidos a Osania y siempre lo reverencian cuando usan las hojas.